La parte más bonita de la gamificación es sin duda contar historias. La narrativa es la parte más rica, interesante y generadora de engagement que hay. De hecho, muchas autoras y autores separan la narrativa de las mecánicas y le dan un estatus propio. Razón no les falta.
La narrativa es el pegamento que une todo. Da coherencia al conjunto de mecánicas, integra los valores de marca, permite a las personas usuarias formar parte del producto o servicio, les ayuda a navegar por la información y los procesos, y en ocasiones, les permite crear su propio contenido, convirtiéndose en protagonistas del sistema gamificado. La narrativa es algo complejo, formado por numerosos elementos que interactúan entre si, y merece una entrada separada de la serie de mecánicas. Sin embargo, la narrativa como mecánica también merece un lugar, ya que forma parte de las mecánicas de expresión.
Narrativa – Historia
Nada más interesante y atractivo para las personas usuarias que contarles una historia. Se verán inmersos en ella y se integrarán de forma natural con los valores que les queramos transmitir. Las historias pueden ir de simples guías, hilos conductores que mantendrán a las personas dentro del flujo que hemos creado para ellas, hasta elaboradas historias con personajes, escenarios y giros argumentales.
Narrativa – Writting
Tan importante es lo que se cuenta como cómo se cuenta. Las palabras rara vez son inocentes, y si queremos conectar con nuestra audiencia, tenemos que cuidar mucho el tono, el vocabulario, la longitud de los textos, etc. Dependiendo de cómo esté escrita la historia, la percepción , y por tanto, el comportamiento de las personas usuarias será diferente.
Narrativa – Metáforas visuales
La narrativa no siempre tiene por qué ser textual. Los conceptos, las imágenes, ayudan a las personas usuarias, a través de la emoción, a asimilar los mensajes que de otra forma les costaría más o incluso rechazarían antes de empezar. Trabajar con metáforas está más cerca de la poesía que de la prosa, evocando sentimientos que hacen percibir el producto o servicio como más amigable.
Narrativa – Personajes
Los personajes son la manera más rápida de personalizar valores o conocimiento. Son la mejor forma de que las personas usuarias empaticen con el contenido, de que lo entiendan y asimilen, y por lo tanto, son un gran método de generar retención. Las personas usuarias se ven reflejadas en los personajes, por lo que son útiles para transmitir el estado de ánimo y los valores de la marca.
Narrativa – Creación de contenido
En todos los casos anteriores la narrativa viene dada por la marca. Pero esto no tiene por qué ser así. Ceder este privilegio a las personas usuarias, darles la oportunidad de crear su propio contenido, les hará sentir más implicadas y hará que el producto o servicio sea percibido como más suyo. Además se le deja aumentar su ego, por lo que serán más proclives a compartir el contenido, expandiendo el conocimiento que hemos diseñado. Las personas confían más en el contenido generado por otras personas que el generado por la marca, por lo que permitir la creación de contenido es una buena estrategia de marketing.
Incluir narrativa en un sistema gamificado hará que tenga una apariencia más interesante, que se pueda navegar de forma más cómoda y segura por el producto o servicio y que las personas usuarias empaticen con el contenido. Si además les permitimos crear el suyo propio, tendrán más interés en compartir y generarán más confianza en las demás personas.